viernes, 22 de julio de 2016

El amor del Sol

Amanece, y ahora sí que me pierdo.

Mi camino se divisa solamente de noche y sin mi querida Luna, sin los traviesos faros, ¿qué hago?

El Sol aparece, al principio algo tímido, yo prefiero esperar que sea él quien se acerque...

Ya desperezado parece enfadado, me mira, serio, y rompe su llanto.

Me cuenta la historia de amor con la luna, me pregunta cómo está su amante nocturna.

Le cuento que ella también lo añora, que cada noche lo llora...

Y resulto ser el mensajero de un amor eterno.





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